En principio este libro
fue uno de tantos de mis amores a primera vista en las páginas web de descarga
de libros electrónicos. O más bien no, porque mi intuición me dijo que era un
libro demasiado especial como para leerlo en formato digital. Bendito sexto
sentido que todo lo acierta. Casi me doy miedo a mí misma. Con el número de la
lotería no atinaré, pero con todo lo demás...
Total, que me lo
descargué y se quedó medio olvidado en alguna de las carpetas de mi ordenador. Pero
resulta que recientemente lo he conseguido en formato papel, por cortesía de mi
queridísima hada madrina, barra Sol, barra Rey Mago, barra hermana mayor. Desde
que lo tengo apenas he encontrado tiempo para leer más que a ratos, peeeero
esta noche, después de todo un día con el ordenador para terminar un dichoso
proyecto con el InDesign (proyecto que me ha quedado un poco chapucero, espero
que no sea motivo de suspenso) he decidido mandar la tecnología a tomar por saco
y agarrar el libro. ¿Resultado? Son las doce y diez de la noche, acabo de
terminármelo y tras ese éxtasis trascendental que me permito siempre que acabo
con una obra de arte como esta me he lanzado a escribir esta chapa que os estoy
dando porque me ha parecido absolutamente GENIAL.
El libro está narrado
en primera persona, en su mayor parte por la protagonista, Candela. Uno de los
muchos atractivos de este libro, para mí, es precisamente el nombre de la
protagonista. ¿Por qué, os preguntaréis? Pues porque hace un par de años inicié
un proyecto de escritura (uno de tantos, y que por desgracia tengo muy
abandonado) en el que pretendía narrar mis vivencias de los dos últimos años.
Un relato en primera persona, en el que la protagonista sería obviamente yo. ¿Y
a que no sabéis cómo llamé a mi personaje? Pues sí, lo llamé Candela, por
varias razones (que no voy a contar, secretitos de escritora). Así que cuando
empecé el libro estaba convencida de que me iba a ir directo al corazón. Lo que
no esperaba es que fuera a ir TAN directo. Porque no es solo que la
protagonista se llame como el personaje que yo me inventé. Es que la
protagonista de esta novela soy yo al 100%. Leí la primera hoja y pensé por el
amor de Dios, si este libro podría haberlo escrito yo. Y esa primera impresión
se fue haciendo más y más fuerte a medida que avanzaba con la lectura. La pobre
Candela está enamoradísima de un hombre que tan pronto como llegó a su vida se
esfumó, y ella es incapaz de pasar página (¿No os suena de nada eh, a que no?)
Leerme este libro en la
etapa de mi vida en la que estoy, desde una perspectiva que encaja en su
totalidad con la mía, ha sido una experiencia brutal. Sobra decir que he
necesitado tener pañuelos a mano y alguna que otra pausa para serenarme. El
libro, además, incluye algún que otro poema y las reflexiones que la autora
publica en su cuenta de Twitter bajo el hashtag de #microcuentos. Una combinación
muy armónica de lírica y prosa, que le da un tinte único a la novela.
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