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sábado, 14 de noviembre de 2015

(14 11 14) Réquiem por un beso

Un beso es solo un beso. Sólo tiene la importancia que tú quieras darle. Puede no significar nada ... o puede cambiarlo todo.

Memorias de Idhún



Cae el velo de la oscuridad. Las sombras traen consigo un silencio aterrador, roto por un llanto que no puedo contener. La soledad late a mi alrededor. Tras la ventana la luna me observa, burlona y soberbia, arropada en su manto de tinta y estrellas. Como cada noche, ella será la única que me vea llorar. Nadie más lo sabrá.


No pasa un solo día en el que no anhele un beso suyo. Como tampoco pasé un solo día sin desearlo cuando no era más que un sueño imposible. Mi sueño se hizo realidad, pero fue tan breve...tan dolorosamente fugaz que su recuerdo debería ser efímero. Y sin embargo está presente cada día, a cada hora, en todos los rincones de mi existencia.

Tal vez debería haber impedido que el sueño se cumpliera. Es difícil rechazar el paraíso si un ángel te da la mano y te invita a entrar, pero...si el paraíso se corrompe y tu ángel se convierte en demonio te desmoronas sin remedio. Y en el fondo sabes que tras ese demonio se esconde tu ángel, y no puedes ni quieres alejarte de él, aunque el dolor te consuma.

Estoy atrapada en un infierno que cada día me absorbe un poco más. Al mirarme en el espejo solo veo una figura débil y patética, sin alegría. Mis ojos han vuelto a perder la luz y la vida. Caigo en brazos de Morfeo abrazada a un dragón de peluche, las mejillas manchadas de olas de nostalgia. Soy una muñeca triste y abandonada. Y me siento tan, tan vacía...




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