(14 11 14) Réquiem por un beso
Un beso es solo un beso. Sólo tiene la
importancia que tú quieras darle. Puede no significar nada ... o puede cambiarlo
todo.
Memorias de Idhún
Cae
el velo de la oscuridad. Las sombras traen consigo un silencio aterrador, roto
por un llanto que no puedo contener. La soledad late a mi alrededor. Tras la
ventana la luna me observa, burlona y soberbia, arropada en su manto de tinta y
estrellas. Como cada noche, ella será la única que me vea llorar. Nadie más lo
sabrá.
No
pasa un solo día en el que no anhele un beso suyo. Como tampoco pasé un solo
día sin desearlo cuando no era más que un sueño imposible. Mi sueño se hizo
realidad, pero fue tan breve...tan dolorosamente fugaz que su recuerdo debería
ser efímero. Y sin embargo está presente cada día, a cada hora, en todos los
rincones de mi existencia.
Tal
vez debería haber impedido que el sueño se cumpliera. Es difícil rechazar el paraíso si un ángel te da la mano y te invita a entrar, pero...si el
paraíso se corrompe y tu ángel se convierte en demonio te desmoronas sin
remedio. Y en el fondo sabes que tras ese demonio se esconde tu ángel, y no puedes ni quieres alejarte de él, aunque
el dolor te consuma.
Estoy atrapada en un infierno que cada día me absorbe un poco más. Al
mirarme en el espejo solo veo una figura débil y patética, sin alegría. Mis ojos
han vuelto a perder la luz y la vida. Caigo en brazos de Morfeo abrazada a un
dragón de peluche, las mejillas manchadas de olas de nostalgia. Soy una muñeca
triste y abandonada. Y me siento tan, tan vacía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario