Brumas
de irrealidad me nublan la mirada
espinas
como dagas apuñalan la calma
de
hielo las cadenas que encierran mis alas
fuego
azulado, asesino del alma
Mecen
rosas oscuras y sombría hiedra
bajo
mantos invernales de nieve plateada
un
corazón herido, sangrante piedra
abiertas
sus cicatrices al filo de mil espadas
Vuelan
gritos de impotencia a un cielo vacío
de
promesas rotas me desgarra el incendio
no
habrá cenizas y renacer, solo lágrimas y frío
fénix
convertido en triste ángel del silencio
No hay comentarios:
Publicar un comentario